Agonía
Muerte ,
a los pies de mi lecho acechas,
no es macabra tu sonrisa
y me serena.
Tus labios mudos me llaman,
quiero seguirte,
bella dama,
inquietante, tentadora.
Tu blanca mano
se acerca,
la mía tendida te ofrezco ,
no consigo tocar tus dedos.
Una aureola te rodea,
flotas en el aire
moviéndote vigilante,
esperando el momento.
Llévame a tu regazo,
abraza mi cuerpo
que ya ni siento,
aquí tendido.
¿Te vas?
¿Me dejas abandonado
a mi suerte?
No quiero seguir la vida,
me domina el sufrimiento,
duele el alma
solitaria.
Desposeído de consuelo,
desgarrado de la existencia,
ya solo me queda el deseo,
de encontrarte cada día.
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