Musa de la
juventud y la inocencia.
Anclada en mis pupilas
hay una rosa,
donde vive felizmente
una bella mariposa.
En sus alas
una niña dibujada,
convertida en mi musa,
por una linda hada.
Erón vuela curiosa
hasta mi mente,
la más preciosa
joven e inocente.
Es su casa
una manzana de caramelo,
que brotando de una flor
no cae al suelo.
Veo su rostro sonriente
en mis ojos reflejado,
reclamo su presencia,
otra vez enamorado.
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