Verano.
Los ojos cerrados,
doloridos,
escondiendo mi alma,
hecha jirones.
El calor insoportable
me agobia,
empapado en sudor,
con mis recuerdos
y este insomnio que me
martiriza.
Pierdo las horas,
eternas,
tediosas.
Bella flor
callada me das tu aroma,
mi mano lejana
no puede
acariciar tus pétalos.
Deseo que acabe el estío
que la oscuridad
sea mi refugio
y la penumbra
custodie mi agonía.
Entre lágrimas
sin sentido,
espero triste
la llegada del alba.
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