Siento el jadeo,
del amor verdadero,
que apacible reposa
unido a mi alma.
Deseo sublime
que me ciega,
que me embriaga
con el recuerdo
de tus encantos.
Es el ímpetu
que me acerca
hasta tus labios,
tiernos besos,
insinuantes suspiros.
El fervor de tus ojos
idolatrados por los míos,
seguros de seguirte
más allá de la muerte.
Oasis que llegas
tras mi condena,
exaltando tu nombre
me encuentro.
Paz ansiada
por mi corazón malherido,
tan necesitado
de un pequeño consuelo.
Sereno despierto
en mi nueva vida,
desde que tu sombra
camina junto a la mía.
Princesa de mi cuento,
edén de mis sueños,
con tu presencia
cambias mi historia.
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