Guardada
en mi alma.
Era por primavera,
cuando el sol
alumbraba mis alegrías
y los problemas quedaban,
para otro día.
La cigüeña volaba
por Torresbellas,
en su hatillo llevaba
una princesa.
Tan pequeña y bonita,
tan indefensa,
miedo me daba
en las manos tenerla.
El amor de la sangre
es verdadero,
desde que te vi
soy tu caballero.
En las noches oías
lo que ideaba,
esos cuentos perdidos,
tú escuchabas.
El caprichoso destino
me guío lejos,
alejando mi vida
no el sentimiento.
Mi hermana pequeña
siempre presente,
es lo que siento
te llevo en mi mente.
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