martes, 11 de marzo de 2014

T


Guardada en mi alma.




Era por primavera,

cuando el sol

alumbraba mis alegrías

y los problemas quedaban,

para otro día.


La cigüeña volaba

por Torresbellas,

en su hatillo llevaba

una princesa.


Tan pequeña y bonita,

tan indefensa,

miedo me daba

en las manos tenerla.


El amor de la sangre

es verdadero,

desde que te vi

soy tu caballero.


En las noches oías

lo que ideaba,

esos cuentos perdidos,

tú escuchabas.


El caprichoso destino

me guío lejos,

alejando mi vida

no el sentimiento.


Mi hermana pequeña

siempre presente,

es lo que siento

te llevo en mi mente.




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