lunes, 3 de agosto de 2015

T

A la deriva.



Desde el faro
que alumbra la noche
dentro del mar
de mis recuerdos,
te veo amada mía
y te deseo.

Lleva la luna
su mirada a la tuya,
alumbrándote
alma mia,
en la orilla
de mi mundo,
tan lejos te siento,
de mis suspiros.

Mira donde nace
mi esperanza.
Pétalos negros
bañados de sangre.

Nada princesa
entre las olas
de los sueños,
que es donde surge,
la verdadera realidad.

Desde el faro
agitó mi mano,
llamándote.
Vuela tesoro
con tus alas purpuras,
a mis brazos,
que te espero.

Se aclara el cielo,
llega la mañana,
acudo por el camino,
hasta tu cuerpo.

El sol me ilumina,
mientras me acerco
al invierno de la vida,
despacito,


que no hay prisa.

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