Bajo las farolas
en la noche aquella,
yo te desposaba
mi amada doncella.
Tus labios besé
suave terciopelo,
con sabor a mar
y a dulce caramelo.
Tu fresco perfume
todo lo envolvía,
el brillo de tus ojos
mi alma seducía.
Eternas lunas
yo te prometí,
deje mi mundo
loco estoy por ti.
En el banco verde
dibujé un corazón,
con tu nombre y el mío,
relleno de pasión.
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