martes, 29 de enero de 2013

Para siempre.











Bajo las farolas

en la noche aquella,

yo te desposaba

mi amada doncella.



Tus labios besé

suave terciopelo,

con sabor a mar

y a dulce caramelo.



Tu fresco perfume

todo lo envolvía,

el brillo de tus ojos

mi alma seducía.



Eternas lunas

yo te prometí,

deje mi mundo

loco estoy por ti.



En el banco verde

dibujé un corazón,

con tu nombre y el mío,

relleno de pasión.


 




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