Otoño.
De nuevo el otoño
brota lentamente,
llueve,
gotitas que despiertan
a mi aletargada melancolía.
Cielo gris
en un mundo inestable,
duros tiempos
marcan esta época.
Lloro al ver la miseria
que se cruza en mi camino,
cada día,
en la ruta en la que un hombre,
rebusca en la basura su sustento
y en los que sin desesperar,
guardan su turno.
Una moneda
que ya ni me sobra,
dejo en la mano temblorosa
que desde un cuerpo inerte
se levanta.
Malévola injusticia,
que en la libertad,
antepone la codicia
a la dignidad humana.
No hay milagros,
transcurre la vida,
costumbre y desconsuelo,
voces enfrentadas
guiadas por el poder,
mentiras.
En las vallas,
que separan la crisis
de la nada,
cuerpos hambrientos,
sueñan con ser parte
de un mundo que se muere.
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