Cuando te alejas,
mi corazón desolado
se marchita abatido,
anhelando maltrecho
el final de mi existencia.
Si no me amas,
los pájaros verdes
ahogados sus trinos,
dejarán a los árboles
huérfanos de alegría.
Unida a mis días,
en la noche soñada
niña si no me amas
se desvanece mi alma.
En la infinita soledad
de mi lúgubre morada,
unas azucenas marchitas
me recuerdan mi apatía,
en un rincón apartadas.
Tu adiós duele
apenando mi vida,
mientras tus ojos vacíos,
indolentes se pierden
en el horizonte del alba.
Si no me amas,
no quiero despertar mañana,
que la muerte me atrape
en su acogedor abrazo.
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