Árbol
del amor.
Hoy ha caído una hoja,
del árbol perenne
del amor.
El día se transformó en noche,
la luna se ha escondido
entre las llagas,
de mi corazón herido.
Ando en la oscuridad
con mi cuaderno manchado,
apuntando mis ideas
para no olvidarlas.
Empeño mi vida
de barra en barra,
bebiéndome
hasta la última gota
de mis recuerdos.
En brazos de la lujuria,
en lupanares infestos,
mi cuerpo yace,
agotado por el sufrimiento
en camastros ajenos,
sobre sabanas hediondas.
Distingo tu alma,
entre el humo
de estos cigarros peligrosos,
muero por dentro
y por fuera desaparezco.
Dos rosas negras
han quedado gravadas,
en la pared de esta habitación,
recordándome cuando las miro
lo efímera que es la alegría.
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