domingo, 18 de mayo de 2014

T


Para una dama.

 

Tiento al destino
aun sabiendo,
no contar en tus deseos,
ideo un futuro
a tu lado,
inexistente.

 

Alejo los pensamientos
nado en tus ojos,
                               dama blanca,
                   recreándome en tus pechos,
en mi mente
alojado tu nombre.
 

Esperas sentada
en tus recuerdos,
fiel esposa,
                                   dichosa,
amante eterna,
madre abnegada
hasta la realidad.

 
Al abrigo solitario
de tus pasiones,
descansas,
joven mujer
esperanzada.
 

Sueño con tus labios
y tu piel pálida,
como mil caballeros,
que desesperados
abandonaron tu conquista.

 

Y mirando atrás
bella señora,
marcho por el camino
que ya no volveré,
a recorrer,
en esta vida.

 

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